SÚPLICA DE SIETE GLORIAS A LA
PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR
Padre Eterno, por la Preciosa Sangre
de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: márcanos con la Sangre del Cordero
Inmaculado Cristo Jesús, como señalaste al pueblo de Israel para librarle de la
muerte. Y Tú, Madre de Misericordia María Santísima, ruega a Dios por nosotros:
aplácale y alcánzanos la gracia que pedimos…
(pedir aquí por nuestras particulares
necesidades, espirituales y temporales; también por las de alguien que se haya
encomendado a nuestras oraciones y por el descanso eterno de nuestros Difuntos)
1.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Padre Eterno: por la Preciosa Sangre
de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: sálvanos del naufragio del mundo,
como salvaste a Noé del Diluvio Universal y Tú, Arca de Salud, María Santísima,
ruega a Dios por nosotros, aplácale y alcanzanos la gracia que pedimos.
2.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Eterno, por la Preciosa Sangre
de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: líbranos de los azotes que
merecemos, como libraste a Lot del incendio de Sodoma. Y Tú, Abogada Nuestra,
ruega a Dios por nosotros, aplácale y alcánzanos la gracia que pedimos.
3.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en
el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Eterno, por la Preciosa Sangre
de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: consuélanos en las presentes
necesidades y tribulaciones, como consolaste a Job, Ana y Tobías en sus
aflicciones. Y Tú, Consoladora de los afligidos, María Santísima, ruega a Dios
por nosotros, aplácale, y alcánzanos la gracia que pedimos.
4.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Eterno, por la Preciosa Sangre
de Nuestro Señor Jesucristo, Misericordia: Tú, que no quieres la muerte del
pecador, sino que se convierta y viva: danos por Tu Misericordia espacio de
penitencia para que, reconocidos y arrepentidos de nuestros pecados, causa de
todo mal, vivamos en la Santa Fe, Esperanza, Caridad y Paz de Nuestro Redentor.
Y Tú, Refugio de los pecadores, María Santísima, ruega a Dios por nosotros,
aplácale, y alcánzanos la gracia que pedimos.
5.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Sangre Preciosa de Jesús nuestro
amor! Clama a Tu Divino Padre: Misericordia, Perdón, Gracia y Paz.
6.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh María Madre y Esperanza Nuestra!
Ruega por nosotros, y alcánzanos la gracia que pedimos.
7.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN FINAL
Padre Eterno, yo Te ofrezco la Sangre
de Jesucristo por mis pecados, por las necesidades de la Santa Iglesia y por la
conversión de los pecadores.
Inmaculada María, Madre de Dios,
ruega a Jesús por nosotros.
¡Jesús y María, Misericordia! San
Miguel Arcángel, San José, San Pedro y San Pablo, Protectores de todos los
Fieles de la Iglesia de Dios, y Vosotros todos, Ángeles, Santos y Mártires del
Paraíso, rogad por nosotros y alcanzadnos Gracia y Misericordia. Así sea.
SÚPLICA DE LOS SIETE GLORIAS A LA
PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR (que recitara con frecuencia San Benito
José Labre)
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