Thursday 20 September 2018

Las Siete Estaciones a Jesús Sacramentado



OFRECIMIENTO DE LA ESTACIÓN
En memoria, Señor, de Tu Pasión,
de Tu Muerte en la Cruz, de Tu Agonía,
porque tanto se aflige el alma mía;
yo Te ofrezco, Señor, esta estación.
¡Ojala que me guíe a salvación!,
pues todos mis sentidos a porfía,
con respeto, contento y alegría
se enajenan en Tu contemplación.
De un pecador contrito y humillado,
dígnate recibir aquí esta ofrenda;
concédeme Tus gracias, Dios amado,
y Tu Misericordia a mí descienda,
pues Te adoro, Señor, con fe sincera
y con fervor mi alma Te venera.

PRIMERA ESTACIÓN:
Soberano Señor Sacramentado,
aquí está un pecador arrepentido
de haber Tus Mandamientos quebrantado,
y Tus Leyes Divinas infringido.
Aquí me tienes, a Tus pies, postrado,
y me pesa el haberte ofendido.
Pequé, Señor, he caído en desgracia,
imploro Tu perdón, dame Tu gracia.
  • Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V.  Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado.
R.  Y eternamente adorado, ¡oh Soberano Portento!

SEGUNDA ESTACIÓN:
De Tu Misericordia, Dios Piadoso,
perdón espera mi alma arrepentida;
pues sé que eres afable y bondadoso
y Te gozas en verla convertida.
A Ti, Dios compasivo y generoso,
Te prometo la enmienda de mi vida
y me pesa del tiempo que he pasado
ofendiéndote, ¡oh, Dios Sacramentado!
  • Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V.  Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado.
R.  Y eternamente adorado, ¡oh Soberano Portento!

TERCERA ESTACIÓN:
Misericordia, ¡oh, Dios Omnipotente!,
imploro humilde, apiádate de mí.
Y repito otra vez ingenuamente:
Me pesa, ¡oh Dios!, cuanto Te ofendí.
A Tus sagrados pies sinceramente
cumplirte ofrezco lo que prometí;
ya ves que está mi corazón contrito
afírmame en Tu Amor, Dios Infinito.
  • Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V.  Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado.
R.  Y eternamente adorado, ¡oh Soberano Portento!

CUARTA ESTACIÓN:
En Ti, mi Dios, está mi pensamiento
y absorta, contemplándote, mi alma,
ilumina, Señor, mi entendimiento,
a mis pasiones dales dulce calma.
De cuanto Te ofendí, ya me arrepiento
y me presento con olivo y palma,
símbolos son, pura fe y concordia:
Misericordia, ¡oh Dios!, Misericordia.
  • Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V.  Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado.
R.  Y eternamente adorado, ¡oh Soberano Portento!

QUINTA ESTACIÓN:
Siento un júbilo suave, un gran contento,
postrado ante ese Altar, considerando
que estás, Señor, en ese Sacramento,
que es a mi Dios a quien estoy hablando,
¡Qué grande Majestad! ¡Qué gran Portento!
¡Oh, qué amable Verdad, estoy gustando!
Sacramento Divino, yo Te adoro;
Te venero con fe, Tu gracias imploro.
  • Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V.  Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado.
R.  Y eternamente adorado, ¡oh Soberano Portento!

SEXTA ESTACIÓN:
No es posible que exista en este suelo
quien merezca cariño puro y fino
como el que Te consagro, ¡oh, Dios del Cielo!
Tú solo eres mi Amor, Jesús Divino.
Tú eres mi Redentor y mi Consuelo,
todo cuanto en Ti veo es peregrino,
se enajena mi alma al contemplarte
y siento gran placer al venerarte.
  • Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V.  Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado.
R.  Y eternamente adorado, ¡oh Soberano Portento!

SÉPTIMA ESTACIÓN:
Para pagarte, Señor mío, en algo
lo mucho que pecando Te ofendí,
es nada lo que puedo y lo que valgo
mas Te diré que estoy arrepentido;
ya del mal vivir con brío salgo
por Tu gracia, oh Dios, fortalecido
para ayunar, orar, y en penitencia,
prestar siempre a Tus Leyes obediencia.
  • Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V.  Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado.
R.  Y eternamente adorado, ¡oh Soberano Portento!
*******
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES [1]
Guárdalos, Te pido, Amado Señor.
Protégelos, Jesús, con Divino Amor.
Cada día se ofrecen a Ti sin cesar,
consumiendo su vida ante Tu Altar.
Guárdalos del mundo, Señor, donde están,
pues aún, separados, los persigue Satán.
Si placeres mundanos les llegase a tentar,
Corazón de Jesús, favor de abrigar.
Confórtalos, Dios mío, en pena y dolor.
Disipa de sus almas, angustia y pavor.
En el desaliento y la soledad,
acércate, Jesús, y socorro prestad.
A los Sacerdotes protege y defiende,
cuando solos y tristes se encuentren.
También son humanos y, con ánimo frágil,
su alma se abruma, sintiéndose débil.
Guárdalos sin mancha, cual Hostia sin par,
que acarician a diario en el Santo Altar.
Ahora, dígnate, Señor, bendecir
sus obras, palabras y todo sentir.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

No comments:

Post a Comment